Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás;
Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre,
Muy bien —dijo ella—, iré contigo. Pero tú no recibirás honra en esta misión, porque la victoria del Señor sobre Sísara quedará en manos de una mujer. (Jueces 4:9)
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu. (Salmos 34:18)
El Señor tu Dios cambiará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo el corazón y con toda el alma,
El Señor no rechaza al afligido, no desprecia a los que sufren, ni esconde de ellos su rostro; cuando a él claman, les responde. (Salmos 22:24)
No digas: Yo pagaré mal por mal; espera en el Señor, y Él te salvará. (Proverbios 20:22)
Así que el pueblo se fue a comer y a beber en una gran fiesta, a compartir porciones de la comida