Bienaventurado el hombre que teme al Señor, y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
Pues el SEÑOR no desamparará a su pueblo, por causa de su gran nombre;
Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. (Oseas 2:14)
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida,
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jeremías 33:3)
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? (Lucas 18:7)
Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
¡AHORA ME LEVANTARÉ!
Ahora me levantaré, dice el SEÑOR; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. (Isaías 33:10)