QUE NOS SIRVA DE EJEMPLO

Todo eso sucedió para servirnos de ejemplo, y fue escrito como advertencia para nosotros que vivimos en los últimos tiempos. (1 Corintios 10:11) NTV

El texto Bíblico que hoy nos ocupa comienza diciendo: “To eso sucedió para servirnos de ejemplo,”

¿Cuáles cosas? ¿A quiénes les acontecieron? Pues bien, miremos los anteriores versículos en el mismo Capítulo 10 de 1 Corintios y obtendremos la respuesta:

V.1 Todos estuvieron bajo la nube (fueron guiados).

V.1 Todos pasaron el mar (fueron liberados).

V.2 Todos fueron bautizados (recibieron vida nueva).

V.3-4 Todos comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual (recibieron provisión).

¡Cuán grandes bendiciones recibieron! Sin embargo por sus actos vergonzosos hubo serias consecuencias que podemos leer a partir del Versículo 5:”Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

Quedaron postrados en el desierto por causa de la Codicia, la idolatría, la  glotonería, la  fornicación y la murmuración, entre otros (1 Corintios 10: 7-10)   

La segunda pregunta es: ¿A quiénes le sucedió todas esas cosas? V.1 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar.”

Cabe aclarar que nos referimos a nuestros primeros padres que salieron de la cautividad de Egipto, después de haber sido esclavos durante 400 años. (Génesis 15:13)

Como consecuencia de sus malas acciones, aún después de haber sido liberados, salvados, guiados, sustentados, protegidos, sanados, perecieron mordidos de serpientes y perecieron por el destructor, quedando postrados allí en el desierto.

Estas fueron las cosas que les acontecieron , y que quedaron escritas para que a nosotros nos sirvan de ejemplo, a los que somos partícipes de la gracia de Dios y que vivimos en los últimos tiempos. Seamos apercibidos pues, y pongamos toda diligencia para escapar de las consecuencias del pecado.

Tanto la codicia, como la idolatría, la glotonería, la fornicación y la murmuración entre otros males, están dañando la vida de muchos hoy en día. Estas NO son herencia de bendición que debamos atesorar como si se tratara de un legado ¡Claro que No! Por el contrario, estemos dispuestos a renunciar al pecado y a rendir todo nuestro corazón al Señor Jesucristo. A aquel que murió por nosotros en la cruz del calvario, para que vivamos con Él por toda la eternidad.

 

Sea esta amonestación una clara advertencia,

Para no repetir lo que hicieron nuestros padres.

Porque sería una conducta totalmente grave,

Que pondría en alto riesgo nuestra existencia.

 

Por el gran amor de nuestro Padre Celestial,

Han quedado escritos estos acontecimientos.

Para que los sabios oigan y puedan escapar,

De la tragedia final de sufrir en el infierno.

 

No suena muy halagador el usar esta palabra,

Pero es una realidad que no podemos esconder.

Así como el cielo es nuestra final morada,

También el otro lugar ansía tu alma perder.

 

Aquellos que aman al Señor de todo corazón,

Se purifican cada día procurando santidad.

Porque quieren escapar de la condenación,

Y vivir con su Creador por toda la eternidad.