SU ENOJO DURA SOLO UN MOMENTO

Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida.

Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría. (Salmos 30:5) (RVC) 

¿Cuántas veces nos enojamos durante el día? ¿Cuántas veces nos habremos enojado por cosas insignificantes y aún por razones equivocadas? 

¿Sabías que Dios también se enoja? ¡Claro que se enoja! Pero, a diferencia de nosotros, la ira de Dios es momentánea, porque su eterno amor le da corta duración. 

Es pues, entonces, el amor de Dios la más grande virtud que nos forma el carácter y nos ayuda a dominar el temperamento. 

Por causa del pecado, algunas veces nos hemos sentido amenazados por la ira de Dios, olvidando el poder de su gracia. Dios es justo y santo, pero también es Dios de amor

Hoy no es día de acusaciones. No permitamos que por causa de nuestra desobediencia, el enemigo nos arrincone y nos haga infructuosos. Reconozcamos nuestra culpa, aceptemos el perdón de Dios; dejemos que su amor nos arrope y arrojémonos en sus brazos. Sequemos nuestras lágrimas y permanezcamos a su lado.

El llanto evidencia que en el corazón hay dolor,

Pero déjame decirte que también es temporal.

Porque Cristo nos dejó su Espíritu para consolar,

Permitamos que Él actúe y quite nuestro sinsabor.

 

Mientras tú duermes Dios se encarga de sanarte,

Sana las heridas que te hacen llorar intensamente.

No es necesario que lo digas para que lo sepa la gente,

Solo Dios es suficiente y está cerca para consolarte.

 

Cristo vino a traer consolación a todos los enlutados,

Y un manto de alegría nos coloca como vestidura.

Despierta de tu sueño, del dolor que te ha agobiado,

Cristo ha venido para darte su alegría que perdura.

 

No hagas más memorias de tus lágrimas de dolor,

Acepta el bálsamo que pone en ti el Gran Consolador.

Ha llegado la alegría porque es un nuevo amanecer,

Cristo nos ha libertado de todas las tristezas del ayer.

 

El llanto es opacado cuando asoma la alegría,

Siempre hay tiempo de celebrar el nuevo día.

Que el llanto en gozo se tenga que convertir,

Y la tristeza en canto que nos haga sonreír.

 

Con expectativa que algo bueno ha de suceder,

Cuando despertemos será un nuevo amanecer.

Invitemos al Señor a ser parte de éste día,

Celebremos lo que hoy hará con su favor.

¡Gracias Padre por sustentarnos con tu amor!

¡Te alabo porque has dado paz al alma mía!