TE DOY MI PALABRA

«No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.» (Jeremías 1:8)

Se iba acercando la hora. Quizás faltaban pocos minutos para subir a la plataforma donde predicaría mi primer mensaje bíblico, así que estaba temblabando de miedo. Yo había escogido por sugerencia de un líder de la congregación, aquel texto bastante leído donde se narra la historia de Ana. Una mujer que a causa de su esterilidad era humillada. Ana en su oración pide a Dios un hijo varón y se compromete a dedicarlo para su servicio.

Nunca podría olvidar esta experiencia. Recuerdo que hice énfasis en que, aunque la oración de Ana fue silenciosa, Dios le escuchó y le respondió de manera extraordinaria dándole un hijo varón como ella lo había pedido.

El día en que me comisionaron para llevar la palabra en ese culto de enseñanza, dije: ¡”Yo no puedo hacerlo, me da miedo!” ¡“Pienso que voy a tumbar el púlpito”!

–Pues, ¡Se lo amarramos! Respondió la esposa del pastor.

¡Que el Señor bendiga esta valiente mujer que me impulsó!

También aprovecho la ocasión para mencionar que hubo otra mujer en los días siguientes a mi bautismo en agua, quien me impulsó a enseñararle a los adolescentes. A ella le dije:

"¡Yo nunca he enseñado a jovenes!" su respuesta fue: - "Hágalo porque no sabe hasta dónde el Senor la llevará." -

Si le preguntáramos a quienes ministran la palabra de Dios, cómo fue su primera experiencia, nos llevaríamos sorpresas escuchado a pastores, evangelistas, maestros y profetas decir:

-¡Yo no recuerdo lo que dije!

-¡Yo dije una barbaridad!

-¡Yo ahogué a Noé en el vientre del gran pez y a Jonás lo puse a construir el Arca!

Todo esto suena divertido. ¡Claro, para usted que lee es algo chistoso! Pero si usted se pusiera en los zapatos de quienes hemos tenido que enfrentarnos al temor de hacer las cosas mal, usted lo entendería. ¿O es usted de aquellas personas que no sienten temor de enfrentar nuevos retos y desafíos?  ¿Nunca se ha encontrado frente a frente con situaciones que rebasan sus expectativas?

Yo he tenido que ser procesada en esta área desde antes de recibir al Señor Jesucristo como mi Señor y Salvador. Esta es una de las razones por las cuales debo orar intensamente y leer las Sagradas Escrituras hasta asegurarme de que Dios está conmigo.

De hecho pienso que es cierto aquello de que para cada día hay un "No temas" de parte de Dios. Los estudiosos de la Biblia dicen que han encontrado más de 365 NO TEMAS. Esto podría ser cierto por lo siguiente:

- Nos da temor hacer la voluntad de Dios.

- Cada día trae su propio mal.

- ¿Cómo podría avanzar el Reino de Dios en esta tierra si sus embajadores están acobardados?

- ¿Podría Dios trabajar con hombres y mujeres que no se atreven a dar pasos de fe?

Este último punto es bien interesante analizar, porque el miedo y la fe no armonizan. ¡Claro que no! El miedo nos impide avanzar. Nos paraliza y nos estanca en el cumplimiento del propósito del Señor. No obstante, los cristianos decimos a voz en cuello:
“El Señor cumplirá su propósito en mí…” (Salmos 138: 8)

Ahora pregunto:

¿Será que Dios lo haría si nosotros nos quedamos en el mismo lugar? ¿Si rehusamos a hacer lo que él nos ha ordenado?

Cuando estamos seguros (Tenemos fe) de que la presencia del Señor está con nosotros, nada podrá intimidar nuestro corazón. Aún los hechos lógicos lo testifican. Miremos este cuadro como ejemplo:

Es un poco tarde en la noche. Llegó la hora determinada para que el niño se vaya a la cama. Pero él tiene temor de ser visitado por "monstruos". Saca excusas para no dormir en su habitación. La mayoría de las veces ruega a sus padres que le dejen dormir junto a ellos.

¿Un "monstruo" le impide hacer lo que Dios le dijo?

¿Tiene razones suficientes para quedarse estancado?

No aplace el llamado que se le ha hecho como a hijo,

Pues los valientes no se quedan en casa encerrados.

 

La hora está avanzada y es inminente el regreso del Señor,

No hay tiempo que perder vacilando en tomar la decisión.

¿Sabe qué usted ha sido llamado por su nombre personal?

¿A avanzar y a ver la gloria de Dios de manera sin igual?

 

Su presencia es suficiente cuando dice “Estoy contigo”,

Para protegerte de los malvados planes del enemigo.

Dios siempre nos ampara bajo la sombra de sus alas,

Por eso le ordeno a mi alma que no tema por nada,

Hay muchísimas promesas de que Dios está conmigo.