El Señor tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en su amor guardará silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo. (Sofonías 3: 17)
Elevemos hoy una voz de gratitud al Dios todopoderoso, al que vive en medio de su pueblo, al que ha decidido mantener su mirada sobre nosotros.
Al Dios único, guerrero victorioso, al que habita en medio de las naciones para conquistar los corazones. Al que trae salvación y nos libra de la condenación.
Eso fue precisamente lo que un día decidió hacer el Señor Jesucristo al soportar la cruz y derramar su sangre. Soportó todo sufrimiento para que tú y yo gozáramos de su victoria.
Hoy es una buena oportunidad para que Colombia, rendida delante de aquel que la constituyó como Nación gloriosa, eleve un canto de gratitud.
Colombia, tú estuviste gimiendo entre cadenas. Hoy declaramos que tus ojos y tu entendimiento espiritual se abren para comprender las palabras del que murió en la cruz. Hoy nos asociamos con la expresión libertadora que el Señor Jesucristo exclamó diciendo “Consumado es”.
Con su muerte, Cristo completó su obra redentora. Y con su muerte, se dio paso al acto sublime de su victoria: La Resurrección
Ese día de su muerte hubo llanto, tinieblas y gran confusión. Pero después de tres días una gran Celebración. Esa celebración la seguimos haciendo con voz de júbilo y gran gozo. Cristo vio nuestro gozo. A él le fue colocado delante de sus ojos la salvación de familias, pueblos y naciones enteras. (Hebreos 12:2). Celebemos la victoria permanente de nuestra Nación. Celebremos entonces la presencia de nuestro Dios en medio de nosotros, porque… ¡Nuestro gozo es su gozo!
Esta es la poderosa razón que alegra el corazón del Señor, a tal punto de hacerlo cantar: somos de gran estima ante sus ojos. ¡Somos muy amados!
Esta razón poderosa nos invita a gozar y celebrar. El solo hecho de saber que somos motivo de alegría para el corazón de Dios, y que él se deleita cuando celebramos su compañía, nos inspira a proclamar nuestra gratitud en prosa y en verso.
¡Cuán dulce es cantar a Dios alma mía!
Al Dios que vive y reina para siempre.
Al que hace cánticos y calla de amor,
A ti hoy te exaltamos gloriosos Señor.
Porque nos has salvado eternamente,
Te alabamos con júbilo y gran alegría.
Hoy decimos al que nos ha redimido,
¡Viva el Rey! Viva el Cristo resucitado.
Al que con poder venció al enemigo,
Al que de la muerte nos ha libertado.
Nuestra verdad: Dios es la razón de nuestro gozo,
Con el corazón regocijado entonamos una canción.
Celebremos la presencia de un Dios todopoderoso,
Celebremos alegremente delante del Rey majestuoso,
Quien se goza y calla de amor en su tierno corazón.
Dios está en medio de ti ¡Oh Pueblo amado!
Con voz de júbilo y con gratitud proclama.
Levanta tus manos hacia el Dios que te ama,
Ven y adora al que eternamente te ha salvado.