ESPERA EN EL SEÑOR

Espera en el SEÑOR. Esfuérzate, y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR! (Salmos 27:14)

¿Has tenido dificultad con la palabra “Esperar”? ¡Yo también!  Ha sido un proceso aprender a esperar, y lo cierto es que casi toda nuestra vida estamos esperando algo.

Si en este momento tú estás esperando algo, te aplica la siguiente pregunta: ¿De qué manera lo estás haciendo?

¿A quién le gusta esperar? Podríamos decir que ¡A nadie! Pero la noticia mi estimado lector es que no se trata de si me gusta o no me gusta. ¡Es necesario!Por supuesto que a nuestro yo no le gusta esperar, sin embargo Dios dice que debemos hacerlo porque...

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” (Eclesiastés 3:1)

Esto confirma que todo está determinado para que suceda en un tiempo específico.

También Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres, sin que ellos alcancen a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11)

Permítame subrayar la expresión “Hermoso en su tiempo” para atribuirle a Dios la perfección en todo lo que hace, y resaltar que lo más conveniente para nosotros está enmarcado dentro del plan divino. Lo cual indica que si obtenemos algo fuera del tiempo de Dios, lo más probable es que no produzca satisfacción permanente al alma. Pues, también la Palabra afirma:

“Lo que al principio se adquiere fácilmente, al final no es motivo de alegría.” (Proverbios 20: 21)

Y por último quisiera citar un pasaje Bíblico bastante conocido y usado por muchos, el cual nos recuerda que la bendición del Señor es la que enriquece y no añade tristeza con ella.

En la versión Dios Habla Hoy leemos así:

“La bendición del Señor es riqueza que no trae dolores consigo.” (Proverbios 10:22)

Después de meditar en los textos de la Palabra de Dios, podríamos considerar que esperar es algo complejo cuando:

- No conocemos el tiempo de Dios.

- No tenemos la fe suficiente para creer que Dios proveerá aquello que estamos pidiendo o necesitando.

- Olvidamos el consejo y lo que Dios nos ha prometido.

- Por causa de nuestro nivel de madurez espiritual, deseamos obtener las cosas ¡YA!

Estas son algunas de las batallas que libramos al esperar. Usted podría seguir enumerando muchas más, porque… ¡Seguro que las hay!

“Esperar en el Señor” tiene una connotación de mandato y lleva implícito una promesa. Cuando esperamos con tal convicción estemos seguros que Dios se hará presente.

Que en tu Palabra yo espere ¡Oh mi Señor!

Que no se canse mi ánimo ni mi confianza.

Que me mantenga firme sin desmayar,

Con una firme determinación sin vacilar.

Haya dentro de mí un sensible corazón,

Mientras espero en ti conforta mi alma.

 

Libre soy de hacer lo que deseo ¡Es verdad!

Pero yo he propuesto vivir para agradarte.

No quisiera ser llamada hacedora de maldad,

Por actuar deliberadamente y sin escucharte.

 

De lo que tú me pides ya tengo conocimiento,

No tengo excusas ni justificación en tu presencia.

¿Cómo yo te podría decir? ¡OH Señor lo siento!

¿Acaso no me conoces y me has dado conciencia?

 

Justo lo que yo pretendo mi amado Salvador,

Es esforzarme cada día para hacer tu voluntad.

Darte siempre a ti la honra la gloria y el honor,

Y vivir el resto de mis años andando en tu verdad.