NO TEMAS


No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada…  (Isaías 54:4)

Los diferentes tipos de miedos han sido clasificados por la psicología como fobias o trastornos de ansiedad. Citemos algunos ejemplos:

Claustrofobia: Miedo intenso a quedarse atrapado en un lugar cerrado y del que la persona piensa que no va a poder salir.

Nictofobia: Miedo a la noche y a la oscuridad.

Acrofobia: Miedo a las alturas.

Zoofobia: Miedo a los animales.

Hematofobia: Miedo a la sangre.

Agorafobia: Miedo o angustia ante los espacios abiertos.

Astrofobia: Miedo a las tormentas.

Aerofobia: Miedo a volar en aviones.

Si seguimos con la lista, nos tomaría demasiado tiempo poder mencionar todos los miedos que existen dentro del ser humano. Mejor dejemos que sea la Palabra de Dios quien se encargue de revelarlo.

Ahora bien, ¿Será que el miedo tiene algún beneficio?

Tal vez su respuesta sea obviamente No.

Pues bien, adicionalmente a su respuesta, vamos a explicar el por qué no hay beneficio, y qué sucede en contraposición al temor.

El temor no tiene beneficio alguno, porque él nos conduce a la confusión y nos paraliza; pero la confianza en el Señor engendra Paz.

La confianza en Dios proporciona quietud al corazón y no nos deja alterar por el porvenir; pero el temor, es decir el miedo, produce ansiedad e incertidumbre respecto al futuro.

Veamos Dos Antítesis tomadas de las Sagradas  Escrituras:

Lo que el impío teme, eso le vendrá; pero a los justos les será dado lo que desean. (Proverbios 10:24)

Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león. (Proverbios 28:1)

Nadie está exento de sufrir algún tipo de temor, pues de hecho al principio de la creación del mundo, después de que Adán y Eva pecaran, lo primero que respondió el hombre a Dios fue “Oí tu voz en el huerto y tuve miedo…”  

Para contrarrestar el miedo, Dios ha dado a sus hijos herramientas poderosas; armas espirituales que operan a través del Espíritu Santo.

Por favor, lee atentamente el siguiente texto bíblico y descubre cuáles son esas armas dadas por Dios para vencer el temor, las cuales son a su vez defensa y vigía de nuestra alma.

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)

Estimado lector, no dejes pasar esta oportunidad. Si te sientes atemorizado, si sientes que no puedes vencer. Que lo has intentado todo y aún no has podido superar el temor, hoy es el día en que tú puedes ser libre. ¡Ven al Señor!  Y juntos hagamos esta declaración:

Señor, quiero tus armas para el temor vencer,

Para vivir confiando en tu divina protección.

Sí! Tú eres el único que me puede sostener,

Cuando atravieso por todo tipo de situación.

 

Sé que tus armas poderosas las puedo recibir,

Solo a través Jesucristo mi Señor y Salvador.

Reconozco que separada de ti no puedo vivir,

Ven y alienta mi alma, te lo suplico por favor.

 

En ti Dios mío no seré confundida o avergonzada,

Por tanto, decido depositar en ti toda mi confianza.

Tu gracia sublime me imparte la paz tan anhelada,

Muchas gracias por darme amor poder y templanza.

 

Necesito caminar este sendero con seguridad,

Y solo apoyándome en ti obtengo fortaleza.

Es tu palabra el agua pura que me refresca,

Que calma mi sed y todo tipo de ansiedad.

No permitas que mi vida pierda la entereza,

Sé tú mi Roca donde me venga a refugiar.