PIDE AL PADRE EN MI NOMBRE. Atte. JESÚS

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (Juan 14: 13)

Pensar que todo lo que pidamos a los hombres nos será dado es una utopía. Pero ¡Qué maravilloso es saber que Jesús nos autoriza a pedir al Padre en su nombre y él lo hará!

Pidamos entonces al Padre sin timidez, pues ya Jesús ha declarado su palabra fiel. Él Jamás enviaría a alguien a hacer algo en su nombre, si él no fuese a respaldar su compromiso. ¡Esto es indiscutible!

Cuando Jesús autoriza, es porque está facultado con Poder para responder por aquel a quien comisiona.

La virtud maravillosa de este texto radica en que, además de nosotros recibir la respuesta a nuestras peticiones, hay una gloria excelsa para quien nos autoriza; ya que, cuando nuestras peticiones son respondidas, el Padre Celestial es exaltado a través de su Hijo Jesucristo.

Jesús tiene toda potestad en el cielo y en la tierra, así mismo tiene el señorío para actuar a favor de los que le obedecen.

Que hoy nuestras oraciones suban al Padre a través del nombre de Jesús, para que desciendan las respuestas a través de este mismo nombre.

Me gozo con cánticos delante de mi Padre Celestial,

Y le presento mis peticiones con toda súplica y clamor.

Sabiendo que en Jesucristo todo me lo puede dar,

Solo me resta decirle gracias por tan grande amor.

 

Todo lo que pidamos al Padre lo podemos obtener,

Por la gracia inmensurable de Jesucristo el Salvador.

Oh Dios admirable que cosas buenas sabes ofrecer,

¡A ti sea dada toda la gloria toda la honra y el honor!

 

Al Señor sea la gloria por los siglos de los siglos,

Al que vive y reina para siempre por la eternidad.

Alabemos al Dios santo, adoremos al Cristo Vivo,

Demos gracias a quien responde en la adversidad.

 

Atendamos bien la condición eficaz del pedido,

Para que del cielo las respuestas puedan bajar.

No pidamos caprichos que Dios no ha prometido,

Pues buena, agradable y perfecta es su voluntad.