Tengo una Mejor y Perdurable Herencia

Sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. (Hebreos 10:34)

Hoy inicié mi día devocional leyendo una palabra que dice:

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Corintios 4:18)

Conectando los dos textos bíblicos, encuentro una enseñanza de vida para trasmitir a los lectores.

Ahora mismo mientras escribo, viene a mi memoria esta otra palabra: “Siendo, pues, que ustedes han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. (Colosenses 3:1)

Pero también en Mateo 6:33 el Señor Jesucristo nos dice que debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las cosas que necesitamos en la tierra nos serán añadidas.

Espero contar con su paciencia mientras lee cada texto de las Sagradas Escrituras. Pues, debe saber que se obtiene mejor y mayor recompensa de la palabra de Dios que es viva y eficaz, que del pensamiento del mejor escritor.

Retomando el texto central que nos habla de la herencia perdurable en los cielos, quisiera que nos detuviéramos por un momento a examinar lo siguiente:

Se ha oído hablar de pleitos y enemistades en algunas familias por causa de la herencia que han dejado los padres. Esto ha sucedido no en una, sino en muchas familias de buen nombre. Ha habido tragedias e incluso muertes, en razón de una herencia económica. Todos ellos, si se les preguntara, tendrían sus propias razones y justificarían el hecho de haber intervenido en el litigio.

Ahora bien, si yo le preguntara, ¿Qué haría usted en caso de perder su herencia familiar? ¿Se había hecho esta pregunta antes, o ni siquiera se le ha ocurrido? ¿O no tiene herencia que reclamar?

Permítame adelantarme a decir algo, sin ánimo de influir en su respuesta, pues de todos modos ya está dada en su corazón. El hecho de depositar nuestra esperanza en algo perecedero, no resuelve lo primordial de la vida. ¿Sabe usted qué es lo primordial y más importante en la vida?

¿La salud?... ¿Tener paz?... ¡No estimado amigo! lo más importante es su Salvación. Es estar seguro de que pasará la eternidad en el cielo al lado del Señor Jesucristo. Es por eso que se nos insta muchas veces a enfocarnos en ese lugar. Pues, desde allí es de donde también desciende toda buena dádiva y todo don perfecto. 

De modo que, independientemente de cual sea su repuesta, el Señor ha determinado enviar desde el cielo las bendiciones a sus hijos. A los que esperan en sus promesas. Es más, el Señor Jesús en una ocasión hablo diciendo:

“No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón. (Mateo 6:19-21)

Permitamos entonces que nuestro entendimiento sea alumbrado con una revelación celestial, desde donde recibiremos la herencia. Una herencia perdurable.

Escuchemos algo más que el Señor nos dice:

 “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” (Juan 6:27)

Si en los cielos tengo mi herencia perdurable,

Allá también debe estar mi mirada y mi corazón.

¡No te aflijas alma mía, Alégrate en tu Señor!

¡Gózate en las promesas del Dios admirable!

 

Porque me ha sido prometido desde mucho tiempo atrás,

Que mi Padre Celestial no me dejará ni me desamparará.

Sino que me dará juntamente con Cristo todas las cosas,

Pues desde el cielo descienden y son todas maravillosas.

 

Así que esperaré en las promesas del Dios todopoderoso,

De quien reserva en los cielos una herencia perdurable.

Desde el reino invisible espero que venga lo más glorioso,

Por tanto me gozaré mientras los regalos envía mi Padre.