FIEL ES EL SEÑOR

Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. (2 Tesalonicenses 3:3)

Mientras el apóstol Pablo permanecía en prisión escribía cartas a las iglesias que habían sido establecidas. Es así como en una de esas cartas se dirigió a los hermanos de la ciudad de Tesalónica alentándoles a permanecer firmes en la fe. Pablo juntamente con Silvano y Timoteo, daban gracias a Dios por el crecimiento de la fe y por el amor de los hermanos. Porque ellos eran un ejemplo para las otras iglesias, debido a la fortaleza que mostraban en medio de las persecuciones y aflicciones.

En el capítulo 2 alerta a los Tesalonicenses a no ser engañados con alguna falsa revelación respecto al regreso del Señor Jesucristo. Sigue diciendo a partir del Capítulo 3: Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. (2 Tesalonicenses 2:15-17)

Por último, hermanos, oren por nosotros, para que el mensaje del Señor llegue pronto a todas partes y sea recibido con estimación, como sucedió entre ustedes. Oren también para que seamos librados de los hombres malos y perversos, porque no todos tienen fe. Pero el Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal. (3:1-4)

Con la seguridad de que los hermanos de Tesalónica por causa de su amor y fe permanecerían firmes y librados del mal, el apóstol Pablo les pide sus oraciones. Él sabía que esas oraciones saldrían de unos corazones agradecidos y cimentados en la verdad del Evangelio que les había sido predicado.

No obstante, aunque la fe de los hermanos era firme y ellos se amaban con amor entrañable, no estaban exentos del sufrimiento. Es por eso que en los versículos 4 y 5 del Capítulo 3 les escribe diciendo:

Y en el Señor tenemos confianza en que ustedes hacen y seguirán haciendo lo que les hemos ordenado. Que el Señor los ayude a amar como Dios ama y a tener en el sufrimiento la fortaleza de Cristo.

Estas últimas palabras son una voz de esperanza para quienes hemos puesto la confianza en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por tanto, quisiera alentarles con estas mismas palabras porque el día de nuestra redención se acerca.

Oremos hoy como los de Tesalónica oraban,

Porque los mismos sufrimientos otros padecen.

Oremos y amémonos tal como ellos se amaban,

Oremos por los que predican y a Cristo obedecen.

 

Porque fiel es el Señor, que nos afirmará,

Fiel es el que siempre nos guardará del mal.

Con su fidelidad nuestro corazón confortará,

Para que sufriendo no vayamos a desmayar.

 

Alentémonos a caminar ¡No te vayas a detener!

Sabiendo que en esta carrera hay un galardón.

No temamos a lo que el diablo quisiera poner,

Solo miremos a Cristo nuestro Rey y Salvador.

 

 Solo en el Señor podemos vivir confiados,

Son sus promesas motivo de gran gozo.

Nutres de confianza mi corazón enamorado,

Muchas gracias Señor por estar a mi lado,

Y porque siempre eres fiel de alegría rebozo.

 
Estar en tu presencia es sumamente delicioso,

Tengo la dicha de saber que me has amado.

Tu fiel amor con misericordia has derramado,

¿Cómo no alabarte Señor si eres maravilloso?

 

¡Qué honor que otros den testimonio de nuestra fe!

Qué privilegio sería oír hablar así a nuestro Maestro.

Y tal como arrebató a Enoc porque andaba con Él,

Seamos nosotros también llevados a su santo templo.